El departamento de Propulsión y Dinámica se encarga por una parte del motor y por otra del tren de aterrizaje de nuestro aeromodelo. Al igual que en Aerodinámica, tienen que realizar algunos cálculos y simulaciones para comprobar el correcto funcionamiento de los componentes, pero esta vez lo que os vamos a mostrar de este departamento son renderizados de algunas de las piezas en las que han estado trabajando.
El primer renderizado muestra varias piezas, entre ellas los amortiguadores en el sistema de tren de aterrizaje delantero, los cuales irán asegurados a la aeronave por medio de soportes, que podemos observar, ensamblados en una unidad mayor solidaria al fuselaje.
Los amortiguadores mejorarán la seguridad de la carrera en tierra y absorberán la energía durante el aterrizaje; sin los amortiguadores la energía recaería en su totalidad sobre la estructura interna del fuselaje.
Este segundo renderizado muestra el ensamblaje de la unidad de potencia situada en el interior del carenado aerodinámico del morro del aeromodelo. Esta unidad la constituye el motor, la hélice y algunos sistemas electrónicos (competencia del departamento de Electrónica y Control). Su función es proporcionar el empuje necesario para levantar el aeromodelo, por lo que se sitúa en las bancadas, unos soportes para las cargas estructurales que genera el empuje y los momentos producidos por el motor.
La unidad de potencia está recubierta por el carenado, una estructura que mejora el perfil aerodinámico alrededor de la unidad y ayuda en la refrigeración del motor, mejorando el rendimiento.
Por último tenemos el ensamblaje del motor y la hélice, que constituyen la última etapa de la unidad de potencia del avión. Con una elección adecuada del motor se puede aprovechar al máximo la energía almacenada en la batería, de la misma forma en la que se limita la capacidad de carga y la velocidad máxima de la aeronave.
Sin embargo, el motor requiere una carga mínima para trabajar a su máxima capacidad. De aquí la necesidad de una unidad de potencia; la hélice mueve una cantidad de aire proporcional a la carga que necesita el motor, por lo que se busca un balance entre potencia y eficiencia; una hélice mayor transmitirá más potencia, pero reduciría la eficiencia y viceversa. La clave está en elegir una hélice en función de las cualidades que se busquen en la aeronave.