Cuatro de febrero, Día del Orgullo Zombi

Durante nuestros días en la universidad, muchos de nosotros nos volvemos dependientes de la cafeína. Teniendo seis finales en dos semanas, dormir, es un lujo que no podemos darnos y en caso de que te guste salir de fiesta, es algo en lo que ni puedes pensar.

En ese momento, nueve de la mañana, entrando a la universidad, arrastrándote, intentando conseguir una gota de cafeína que te permita seguir adelante para afrontar el examen de Mecánica de Fluidos que se te viene encima.

¿Dónde quedaron esos días felices donde podías dormir 8 horas al día? ¿Existieron alguna vez?

Tampoco es que importe mucho al zombi estudiante, no es que recuerde lo que hizo hace 5 minutos o lo que hará en una hora, simplemente vive el momento, arrastrándose, y buscando cerebros con los que sacarse sus incesantes dudas, balbuceando incomprensiblemente sobre fórmulas incoherentes que parecen un susurro, mientras los contemplas observando el abismo en sus ojos

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 Estudiantes Zombies en su estado Natural

¿Tendrá cura este fenómeno? En teoría, la tiene, pero deja secuelas en forma de ojeras que no se irán el resto de su vida.

¿Valió la pena? El zombi no lo sabe, pero está orgulloso de poder cumplir con sus labores de algún modo, aunque no recuerde cómo lo hizo esta mañana.

Si te encuentras a este pobre zombi algún día por la vida… No le temas, y ofrécele un cafecito, normalmente no muerde y menos si le brindas ayuda.

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